miércoles, septiembre 06, 2006

Con algo de es3

No recuerdo haber sentido antes la somnolencia que me llegó hace un par de semanas, lo que me tiene algo preocupado. A ello sumo el caracho de cansado que algunos amigos me han señalado. Aparentemente algunos toques de estrés se me dejaron caer y no es que me queje, ya que creo que si es así, ha sido consecuencia del trabajo que se me ha dado desde hace unos 6 meses –sumado al semestre académico anterior-, por que mas que mal me siento afortunado, me gusta lo que hago y por lo demás lo creo bastante conectado con las habilidades y distinciones que deseo cultivar y por cierto, mi labor tiene mucho de investigación aplicada a la gestión, algo así como una versión pobre –pero versión al final- de la serie SCI.

Sin embargo, mi cuestionamiento se da en como me puedo hacer cargo de este cansancio, ir al médico por este tema me causa un rechazo no menor, imagino que el Doc. me dirá que duerma mejor, me alimente de x forma o deje tal o cual cosa, consejos hasta ahí bien, pero el lío viene cuando el de blanco te empieza a recetar pastillas, algo a lo que yo le hago de cuajo el quite, por que es una vía artificial de solucionar los problemas de cansancio mental, además de causar dependencias. Me niego a no creer que existe otra vía de solución para este tipo de males tan pos-modernistas.

Para que hablar de los psiquiatras, que haciendo una analogía, aun se mueven en la época de la “revolución industrial”, con procedimientos duros, rústicos y enajenantes –favor evoquen esas cadenas de producción donde un trabajador llave en mano está 12 horas apretando EL tornillo-. Al pobre paciente lo hinchan como sapo y revientan su condición de hombre a pepas, al final claro que lo estabilizan, pero no lo mejoran, si le sacan la pastillita –en pocos caso es sólo una- vuelve la crisis, es decir, la persona queda atado a un interruptor bi-modal, “on” u “off”, con pastilla y sin pastilla respectivamente, por lo demás, en hora buena terminaron con su práctica de meterlo en una tina llena de agua y aplicarle corriente, justificación de que eso calma a moros y cristianos –y los caballeros estudiaban para eso-.

¿Acaso estos profesionales no se cuestionan jamás su metodología o les resulta mas fácil seguir procreando el mismo bicho que aprendieron en la U. En fin, a quien no le gusta ganarse las lucas fácilmente?.

Una última idea, creo que hay una gran cantidad de chilenos que no tienen derecho a estresarse, si..., un pobre no puede hacerlo, por motivos económicos y culturales, generalmente estas licencias son extensas, los tratamientos onerosos y/o su fuente laboral les imposibilita ausentarse. Vean cuanta opción tiene un recolector de cartón de no trabajar una semana.

A mi entender, las enfermedades también discriminan, ¿acaso también tenemos que mejorar en nuestro Chile, la “distribución de la oportunidad de enfermarnos”?

2 Comments:

Blogger SERGINHO® said...

mm CALMATE JHON NASH¡¡¡¡

6:39 p. m. CLT  
Blogger Juan Carlos said...

Su pichanga con los amigos y después unas chelitas...santo remedio para el stress.

Saludos

9:23 p. m. CLT  

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